Símbolos, espacio público, decolonialidad
El nuevo siglo trae consigo la política de la calle, ante la desilusión por las instituciones políticas centralizadas, la sociedad en modo muchedumbre se moviliza para poner en discusión sus propias agendas. Lo hacen sin un líder clásico, impulsados únicamente por las demandas colectivas que los mueven. En este escenario, el arte público cobra relevancia al poner en discusión sus sentidos.
La comunidad originaria Misak derribó hace unas semanas la
estatua del conquistador español Sebastián De Belalcáza en la ciudad Colombiana de Popayán
– Cauca; lo cual se justificó como un acto para "reivindicar la memoria de ancestros asesinados y
esclavizados por
las élites". El español fundó las
ciudades de Quitó (Ecuador), así como Cali, Popayán y Belalcázar (Colombia) en el siglo XVI.
"De Belalcázar fue un genocida que masacró a los pueblos que conquistó. Mi respeto a los Misak que hoy
reivindican sus muertos. Al suelo un símbolo de 500 años de esclavitud",
afirmó en su Twitter la presidenta del Movimiento Alternativo Indígena y Social
(Mais), Martha Peralta.
"… Como Estado pluriétnico y multicultural otras
simbologías deben florecer y adornar el paisaje libertario", afirmó el
senador indígena Feliciano Valencia.
Estos actos de Popayán – Colombia, podrían
vincularse a los ataques a monumentos en EE UU, realizados
post muerte del afroamericano George Floyd, cuyos blancos fueron los iconos vinculados
a la "conquista" española de América.
Anteriormente, desde octubre 2020 en Chile, cuando
explotaron las manifestaciones masivas, estatuas de militares han sido
decapitadas o destruidas. En dichas protestas, la estatua del conquistador y
fundador de la capital Pedro de Valdivia fue vandalizado con atuendos indígenas.
“Un
Valdivia desacralizado es un principio básico de la refundación en Chile” señala
el escrito repartido el 06 de noviembre en la Plaza de Armas de Santiago,
cuando las organizaciones mapuche, aymara, quechua y rapa nui, bailaban al son
de temas e instrumentos tradicionales.
Antonia
Huentecura, vocera de la Coordinación de Naciones Originarias señala que “Este
simbolismo… tiene que ver con que históricamente este país nos ha
invisibilizado y nos ha llenado de héroes y estatuas que no tienen que ver con
las primeras naciones de este territorio”.
Cuando
se derribó la estatua del aviador Dagoberto Godoy, colocaron su cabeza en las
manos de la escultura del toqui (jefe militar) mapuche Caupolicán. Así mismo se
tumbaron la efigie de García Hurtado de Mendoza en Cañete y en Arica la estatua
de Cristóbal Colón.
Otra acción de fuerte carga simbólica es el caso la Milanka, una representación de una mujer “diaguita”, es decir una mujer de culturas originarias localizadas en Chile y Argentina, en reemplazo de la abolida estatua en honor al español Francisco de Aguirre. En versión de Carolina Herrera Rojas, curandera diaguita “la imagen de la Milanka tiene una simbología muy profunda en lo que tiene que ver con nuestra cultura matriarcal. La mujer amamantando tiene que ver con la fuente de vida, representa parte de la cosmovisión diaguita, con el orden del equilibrio, el cuidado de las aguas, de los ríos y las semillas”.
Milanka (mujer diaguita) en plaza de La Serena - ChileLos patrimonios
La otra perspectiva la constituyen las
voces implicadas en la defensa del patrimonio, quienes hacen esfuerzos para
hacer puestas en valor o recuperar el valor de la escultura pública y sus
entornos.
Si bien es cierto esta desacralización de estatuas viene siendo acciones producto de protestas sociales y reivindicativas de grupos desfavorecidos en la historia, el otro lado del tema lo constituye el tratamiento institucional sobre estos bienes públicos.
¿Cómo se podría dar el retiro de la condición de patrimonio histórico o cultural a un monumento, teniendo en cuenta que más bien que dicha declaratoria de bien cultural por parte del estado, se basa en los sustentos de su valor, ante instituciones estatales?. La lógica de las convenciones internacionales y de las normativas de los países en materia de patrimonio cultural, no contemplan la destrucción de estos bienes, sino todo lo contrario.
Al respecto Natalia
Majluf comenta: “La estatua de Colón no sólo representa los hechos de hace
quinientos años; marca también un momento decisivo en el desarrollo urbano de
Lima que resulta clave para entender el presente. Sin ella sería imposible
comprender incluso la actual iconoclasia descolonizadora, que debe sus orígenes
a la idea de los hombres y mujeres ejemplares y es prisionera aún de una
comprensión del espacio público como lugar de autoridad desde donde se moldean
las conciencias. En vez de derribar esa estatua, quizás resulte más interesante
deconstruir ese capítulo de la historia que se materializa en ella, entender su
lugar en la historia de la ciudad y discutir por qué incluso nuestras actitudes
más iconoclastas no pueden desprenderse de ella. Esos gestos sólo son posibles
precisamente en presencia de ese monumento que hoy algunos buscan derribar”.
La reflexión artística
La Bienal
Internacional de Escultura de Carrara titulada “POSTMONUMENT”, realizada en año
2010 en la ciudad italiana, tuvo como eje la deliberación acerca de la
"desmonumentalización", pero desde una perspectiva artística, enfocándose
en cómo la escultura se ha desvinculado de forma progresiva de su rol
conmemorativo.
Para ello la Bienal
propuso un pabellón histórico que mostraba las transformaciones en la escultura
monumental desde fines del siglo XIX a las últimas décadas del siglo XX, pasando
por su papel en el terreno de la poética sepulcral y simbolista; pero también la
unión entre el monumento y el totalitarismo, como los realizados desde el
realismo socialista.
En base a ello los artistas instalaron proyectos que reflexionaban acerca del papel de la escultura en el espacio público y su rol en la sociedad y cultura contemporánea, que vale la pena revisar.
Santiago Sierra "NO"¿Y ahora?
Según las voces a favor de estos hechos, esta
desmonumentalización es necesaria, ya que en términos históricos dichos iconos
encarnan el patriarcado y genocidio de poblaciones originarias, los cuales a la
vez son validados al estar como referentes de plazas y ciudades.
Esa mirada levanta sospechas sobre conceptos como la museología
o el patrimonio, que no harían otra cosa que instalar un lenguaje normalizador
de la colonización y el patriarcado.
Sin embargo, más allá de estas
posturas, podemos afirmar las demandas más visibles de las recientes
movilizaciones sociales es la resignificación de espacios públicos.
Tanto las esculturas y las plazas o
espacios, son símbolos que se vinculan con los territorios en los cuales se
sitúan, los cuales involucran grupos sociales, celebraciones, rutinas y
rituales sociales, muchos de ellos con fuerte carga de ciertos momentos históricos.
Las
ciudades y sus habitantes no tienen una mirada y valores homogéneos, sino
múltiples historicidades, espiritualidades y luchas.
Lo que es urgente es la posibilidad de construir otros espacios que puedan albergar una multiplicidad y diversidad de símbolos, con los cuales los grupos puedan sentirse identificarse. Los artistas pueden/deben responder al diálogo horizontal con las comunidades, pero es imposible que ello ocurra sin la sensibilidad y decisión de los entes municipales, regionales y estatales.
Como muestra de los cambios de mirada
y valoración subjetiva de los símbolos y los emplazamientos, vale mencionar que
“En 1969 en París, los situacionistas reinstalaron en la Plaza de Clichy una
estatua del “utopista” Charles Fourier que había sido levantada en 1899 por sus
seguidores y que desapareció en 1941 para ser fundida y servir a las
necesidades de la guerra.
Esta réplica exacta del original, en
yeso pintado de bronce, duró menos de dos días y fue retirada por la policía.
En el mismo sitio el año 2007 un colectivo
de artistas instaló una obra que consiste en una escalera conducente a una
especie de cabina telefónica transparente. A diferencia del homenaje
situacionista1, esta nueva acción -que nada tiene que ver con
Fourier- ha sido tolerada por los agentes del orden”. (M.A.S.A., Marxismo y
teoría revolucionaria, 2008).
(1) Los situacionistas fueron un grupo de
artistas, cuyo planteamiento central es la creación de situaciones (disidentes)
producto del marxismo y de las vanguardias como la Internacional Letrista y el
Movimiento para una Bauhaus Imaginista (MIBI). El miembro más visible del grupo
es Guy Debord.
- http://limamilenaria.blogspot.com/2015/02/desmonumentalizar-espana.html
- https://radio.uchile.cl/2020/01/08/resignificar-espacios-publicos-la-demanda-social-por-la-desmonumentalizacion/
- https://tramacritica.pe/perspectivas/2020/10/13/derribar-a-colon/?fbclid=IwAR19uFGJYM05tLcxzBsXmcb3u5tb6Gnx_fNwlLXGA5PfzDq1CXqxOTMpK1c
- http://carcaj.cl/desmonumentalizacion-popular-algunos-episodios/
- http://www.laizquierdadiario.com/Caen-las-estatuas-de-proceres-en-el-mundo-a-desmonumentalizar
- https://www.hoyesarte.com/sin-categoria/la-bienal-de-escultura-de-carrara-reflexiona-sobre-la-qdesmonumentalizacionq_90669/
- https://twitter.com/i/status/1306370220337102849
- https://interferencia.cl/articulos/derribar-simbolos-coloniales-un-nuevo-acto-politico-que-se-suma-en-las-protestas-en-chile
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