Foto: Carlos Fuentes
La Promoción de Oro y la Libertad Estética
Cuando me tocó estar en la
dirección de Bellas Artes, vimos que había una necesidad grande de
reconocimiento para nuestros artistas y maestros, por lo cual creamos una
distinción especial a la que llamamos medalla Daniel Hernández.
Así, en el año 2016, en el 98º aniversario
de la casa, se llevó a cabo la condecoración a los artistas de la denominada “Promoción
de Oro”, conformada por Milner Cajahuaringa (Lima,1932-2017), Gerardo Chávez (La
Libertad, 1937), Enrique Galdós Rivas (Lima, 1933), Alfredo González Basurco
(Arequipa, 1927-Italia, 1999), Tilsa Tsuchiya (Lima, 1928-1984), Alberto
Quintanilla (Cuzco, 1934) y Oswaldo Sagástegui (Huánuco, 1936).
En el caso de Gonzáles Basurco y Tilsa
Tsuchiya, el reconocimiento fue póstumo. En representación de su madre
recibieron la distinción Orlando Cornejo Tsuchiya y Gilles Mercier Tsuchiya, hijos
de Tilsa. También se colocó el nombre de la pintora a la sala de exposiciones
del Centro Cultural de la ENSABAP.
Bellasartinos emblemáticos de la Promoción de Oro de 1959 condecorados por la ENSABAP
“La Promoción de Oro De Bellas Artes” (1959)
Existen tres hitos o momentos paradigmáticos a nivel artístico en la
historia de la ENSABAP. Uno de ellos es en el inicio, cuando una serie de artistas
que ya venían con una formación anterior e incluso consolidada, vieron en la
ENBA un espacio donde socializar sus capacidades o validarse en una institución
que se había creado con gran expectativa. El segundo momento será durante la
dirección de Ugarte Eléspuru, y el tercero con la obtención del rango
universitario.
Pero aquí quiero referirme al segundo momento importante, cuyo clímax es esta promoción que terminó sus estudios en el año 1,959. Para ello será necesario saber que por cada promoción que culmina sus estudios, se otorga distinciones a los mejores estudiantes, siendo el máximo galardón la medalla de oro. Sin embargo se afirma que, ante un número excepcional de obras de alta calidad artística, el jurado y autoridades de entonces decidieron - de forma extraordinaria y por única vez- otorgar siete medallas de oro para siete jóvenes altamente destacados (algunos dicen que fueron seis de oro y una de plata). De ahí la denominación de “promoción de oro” para referirse a un extraordinario grupo de artistas que emergieron de un contexto especial.
La libertad estética
La estética de la libertad es un concepto que se construye
en el siglo XVIII, siendo un elemento muy determinante para la modernidad y la idea
del hombre moderno, pues relaciona la concepción de belleza con la libertad. Platón
en su teoría estética ya había relacionado a la belleza con el bien, con lo
verdadero; es decir que relaciono la estética con la ética.
El filósofo Inmanuel Kant es quien fundamenta las relaciones
entre la belleza y la libertad. En sus concepciones reconoce la autonomía del
arte, al cual le asigna el sentimiento y el juicio estético como facultad del
sujeto. Plantea lo bello como generador de placer desinteresado, y la
importancia de la imaginación para el ser humano. Al respecto afirma que:
“Para decidir si algo es bello o no, referimos la
representación, no mediante el entendimiento al objeto para el conocimiento,
sino, mediante la imaginación al sujeto y al sentimiento de placer o de dolor
del mismo. El juicio de gusto no es, pues, un juicio de conocimiento; por lo
tanto no es lógico sino estético, subjetivo.
Reflexiona sobre la subjetividad
del gusto estético, ya que la determinación está basada en el sentimiento del
sujeto y no en el concepto del objeto. Por ello el gusto estético es una expresión
de la libertad. El gusto no es algo reproductivo, sino que se produce con cada
sujeto, es creador.
Kant atribuye un lugar central a
la libertad; en su tesis el hombre que se acerca a la perfección es un hombre
libre. Estos conceptos los aplica al arte, describiéndolo como representación
de la libertad: “La libertad se manifiesta por la moral, por la vida; y también
se manifiesta simbólicamente por la belleza. Es [la belleza] la representación simbólica
de la libertad”.
Como vemos este concepto está muy
ligado a la idea de lo que hoy denominamos ciudadanía, pues tiene que ver con
las libertades del hombre. Incluso en algunos países de latinoamérica el
concepto aparece en sus cartas magnas, como es el caso de Ecuador:
“Derecho
individual que faculta a toda persona a manifestarse o lucir exteriormente de
acuerdo con sus gustos personales, convicciones o ideologías, sin que por ello
sea sujeto de discriminación en ningún ámbito público o privado, siempre que
dicha manifestación no transgreda los derechos de otras personas o atente
contra el orden público o las buenas costumbres.” (Constitución de la República
del Ecuador, art. 21)
Debemos pensar que Ecuador ha estado atento a precisar su condición de república
plurinacional, y por tanto el tema de la interculturalidad y los derechos culturales
e identitarios son ejes importantes de su conciencia política y social.
En ese sentido, Friedrich Schiller nos habla de la “estética de la libertad,
del instinto y del juego”; abordando su relación con la acción, con lo visible.
Sus textos están en el contexto de la revolución francesa y el romanticismo,
por lo cual sus pensamientos relacionan la libertad con el arte (con un sentido
humanista) pero también la necesidad de construir un “estado estético”.
Sustenta ello afirmando que libertad y estado no pueden separarse, al igual que
las libertades individuales y sociales. Sumado a ello nos dice que el Estado
puede ser transformado por el hombre y el hombre tiene que ser transformado por
este; siendo el elemento de la transformación el arte.
Por tanto, si para Schiller la belleza se expresa mediante la cultura estética,
y lo estético conduce al hombre a la libertad de la razón, de la moral y de la
política, será la educación estética el único camino para lograr ese hombre
estético al cual la belleza lo conduce a un ser libre.
Para Hegel, la libertad manifestada en las creaciones es lo importante que
brinda el arte, pues supera a la misma naturaleza (el definía a ésta como el
mundo de la necesidad, y la imaginación como el mundo de la libertad),
atribuyendo a lo artístico la mediación entre razón y sensibilidad: “El arte es
verdaderamente arte cuando es libre” pues según afirmó es una necesidad
espiritual, pues el arte hecho solo para el entretenimiento es calificado de
“arte esclavo”, que no es ni libre ni independiente. Esta extraordinaria concepción
del arte resolvía para Hegel la problemática de la finalidad del arte, pues lo
coloca junto con la religión y la filosofía para enunciar los intereses de la
naturaleza humana; respondiéndose así porque la necesidad que tiene el hombre
de producir obras de arte. Para Hegel, el arte posee una función cognoscitiva
por su capacidad para hacer reflexionar al ser humano, y de ofrecerle la
posibilidad de distinguir y hacer juicio de valor sobre lo que usa de la
realidad y no de imitarla, atribuyéndole así una función ética, donde la
libertad es su motivo y su camino.
El Modernismo hispanoamericano (fines XIX e inicios XX) es un movimiento
inspirado en las expresiones de los cambios de la literatura simbolista francesa.
José Martí y su pensamiento estético y
político hablan de una necesidad de la libertad y la creación como vías para un
latinoamericanismo que avanza hacia el antimperialismo, situándose para ello desde
el modernismo como proyecto estético. Según afirma Iván Schullman, José Martí
vislumbra la necesidad de un proyecto moderno alternativo, el de una
contramodernidad regida por la virtud y el amor, modificando el discurso
liberal y el proyecto de la modernidad burguesa.
En su articulo “Maestros ambulantes” plantea que los hombres deben vivir en
el goce de la libertad mediante el dominio de la cultura, coincidiendo
totalmente con lo afirmado por Schiller,
“…pues un pueblo culto será
siempre un pueblo libre. La educación es el mejor medio de salvarse de
la esclavitud.”
Marti definió a la libertad y al amor por la creación como las máximas
necesidades para el individuo en su sistema estético, por ello, situó al arte y a la creación como fuentes de
libertad, quizá por ello exclamo: “El arte no ha de dar la apariencia de las
cosas sino su sentido […] La justicia primero, y el arte despues! Cuando no se
disfruta de libertad, el arte es una forma de proclamarla, en ello se sustenta
su pensamiento estético; lo cual es visible en sus textos de Versos Libres, “sus
guerreros”:
“Tajos son de mis propias entradas […] como las lagrimas salen de los ojos, y la sangre sale a borbotones de la herida […] mis versos van escritos, no en tinta de academia, sino en mi propia sangre.”
Casi como conclusiones
Esta generación no fue un resultado aleatorio o divino, como muchas veces
se asumen los logros artísticos en nuestro medio. Esta dimensión de artistas
fue el producto de un largo proceso de trabajo y reflexión artística y
pedagógica desde dentro, que tuvo como antecedente el indigenismo pero que supo
asimilar las vanguardias. Desde Ricardo Grau, Quispez Asín, y un conjunto de
profesores conscientes del valor de esta “libertad estética”, ya sea por
conocimientos generales o por experiencias propias, y enmarcados en una política
acorde a estas libertades de pensamiento y por tanto de ciudadanía extensa.
La Revolución Francesa y la Modernidad ubican la problemática sobre la
libertad como el centro de los sistemas filosóficos y estéticos, e incluso de
la función del estado y de la educación, planteando la relación arte-libertad
desde diferentes autores, incluyendo a José Martí en la escena latinoamericana.
La reflexión acerca de la libertad estética nos lleva a pensar en el tipo
de libertad y democracia que hemos venido construyendo como sociedad. Una ciudadanía
plena significaría que todos podemos ser personas responsables, pero sobre todo
libres. Habría que pensar hasta qué punto y en qué proporción nuestras escuelas
nacionales de artes plásticas y visuales, deben ofrecer como única alternativa de
formación una metodología altamente normativa y canónica, en un país con tanta
diversidad cultural como el nuestro. La libertad
estética individual está relacionada a los valores y la ética, y por tanto es
una atribución absolutamente personal.
La importancia de reconocer a la Promoción de Oro, no solo es darle el
lugar que merecen a cada uno de estos artistas. También tiene el valor de la
memoria o institucional por un lado, para reconocer que en algún momento -hace
sesenta años- pudimos estar en una dimensión ética y estética acorde con un
pensamiento filosófico y político profundo.
* Constitución
Política del Perú: Derechos Fundamentales de la Persona: 4. A las libertades de
información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra
oral o escrita o la imagen… 8. A la libertad de creación intelectual, artística,
técnica y científica…
* Constitución Política del Ecuador: Art. 21.- Las personas tienen derecho
a construir y mantener su propia identidad cultural, a decidir sobre su
pertenencia a una o varias comunidades culturales y a expresar dichas
elecciones; a la libertad estética; a conocer la memoria histórica de sus
culturas y a acceder a su patrimonio cultural; a difundir sus propias
expresiones culturales y tener acceso a expresiones culturales diversas.
Referencias
- http://www.minedu.gob.pe/n/noticia.php?id=39851
https://www.expreso.com.pe/cultural/bellas-artes-celebra-98-anos-condecorando-a-su-promocion-de-oro/
-
https://dpej.rae.es/lema/libertad-est%C3%A9tica
-
http://dspace.uhemisferios.edu.ec:8080/xmlui/handle/123456789/1252
https://www.eumed.net/tesis-doctorales/2011/mmf/estetica%20de%20la%20libertad%20en%20la%20Modernidad.htm
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